Sobre estas líneas, la princesa Carolina posa
junto a su esposo, el príncipe Ernst de Hannover, su hermano, el
príncipe Alberto y su tia, la princesa Antoinette.
Una cita ineludible en un marco incomparable. El
Baile de la Rosa, un acontecimiento único cuyos beneficios van a parar a
las arcas de la Fundación Grace, reunió a lo más selecto
de la sociedad monegasca e ilustres invitados venidos de otros puntos del
planeta. Pero la estrella en el Sporting Club de Montecarlo fue, una vez
más, la princesa Carolina de Mónaco, espectacular con un traje de
alta costura de Jean-Paul Gaultier de lana tricotada con rayas marineras y
larga falda de plumas. El ceñido diseño del modisto
francés parece echar definitivamente por tierra todos los rumores acerca
del posible embarazo de Carolina.
El príncipe Raniero
también fue protagonista de la velada pero por otros motivos. A pesar de
que fue anunciada su presencia no pudo asistir al Baile por encontrarse
aún convaleciente tras la última operación
quirúrgica a la que fue sometido. La princesa Estefanía tampoco
asistió al evento y con ello hizo acrecentar las sospechas en torno al
distanciamiento entre ella y su hermana Carolina. Pero la
personalidad y elegancia de la princesa Carolina fue un reclamo más que
suficiente. Con ella estuvo el príncipe Alberto y el príncipe
Ernst de Hannover, que disfrutaron de una fiesta con sabor español,
latino. Actuó el grupo español de Carmen Cortés y otros
grupos de Iberoamérica que llenaron la noche de ritmo y alegría.
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LA PRINCESA CAROLINA PRESIDIO EL TRADICIONAL
BAILE DE LA ROSA JUNTO A ELLA SE ENCONTRABAN SU ESPOSO, EL
PRINCIPE ERNST DE HANNOVER, Y SU HERMANO EL PRINCIPE ALBERTO
NO ACUDIO EL PRINCIPE
RANIERO -CONVALECIENTE DE SU ULTIMA OPERACIÓN- NI TAMPOCO LA PRINCESA
ESTEFANÍA, CUYO DISTANCIAMIENTO CON SU HERMANA PARECE CONTINUAR
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Carolina, en un momento de la cena. En el anular de la
mano izquierda lucía un fabuloso anillo en forma de corazón
con rubíes ribeteados de brillantes. Los pendientes eran
igualmente deslumbrantes. |