Marbella, la ciudad más conocida de la Costa del Sol, pasó como por arte de magia (o más bien de billetera) de ser una pequeña localidad de pescadores con sus típicas casas blancas a convertirse, allá por los años 50 y 60, en cuna de la jet set nacional en los primeros momentos, para luego atraer a la europea. Famosos, personalidades relevantes de la sociedad y grandes fortunas elegían este rincón malagueño para pasar sus vacaciones tostándose al sol, para ver y sobre todo para dejarse ver en sus fiestas de relumbre, lujo y glamur, esas que nadie se quería perder.
En esos años dorados abrió el Club La Cabane, el primogénito beach club del hotel Los Monteros. Entre los primeros e ilustres visitantes, en el verano de 1965, estuvieron los Reyes doña Sofía y don Juan Carlos I, iniciando una tendencia que le llevó a acoger desde ese momento a numerosos huéspedes de la alta sociedad nacional e internacional.
Durante las tres décadas siguientes, La Cabane se convirtió no solo en un lugar de reunión social y celebración, sino que fue escenario de algunos de los hitos culturales más importantes de su tiempo: desde un desfile de Emanuel Ungaro, al exclusivo concierto de Julio Iglesias en 2007 (por el que llegaron a pagarse 1.500 euros de entrada). En este último, solo 250 invitados pudieron sentarse en las instalaciones de La Cabane, en el que será recordado como un mítico e irrepetible concierto de la estrella de la canción.
Hoy, el que fuera uno de los mejores clubes de España eleva su esplendor un verano más, con su deseada piscina rodeada de hamacas de diseño, camas balinesas, espectáculos con los mejores Dj’s, una inspiradora terraza o el restaurante, y lo hace sin perder un ápice del glamur de esa época dorada.